Los pájaros se retuercen y dan vueltas son seres en el mundo, hay sarcófagos amarillos donde resucitan flores y seres que estuvieron hace muchos años enfermos de soledades y vuelven en fiestas donde converge la luz con lo carnavalesco. Flores rápidas de trazos fuertes y audacia de siembras en el centro del cerebro. Seres de hábitos ocres y migrantes que hablan con las aves; signos yacientes, sombras que cantan, rutas inesperadas, cansancios que se convierten en labores y labores que se hacen tempestades.
En ella todo nos saluda, nos devuelve a un origen azul, circulo de silencios que conversan sólo en sueños. En su obra se sienten danzarines, seres que se acercan, palabras pintadas, sonidos policromos. Hay flores y hojarasca, hay inviernos y soles, hay un mundo que quiere salirse a borrarnos cicatrices, pues su obra no agrede, limpia y cura. Salen manos, salen rostros, salen ojos, salen cuerpos, salen formas que juegan y acarician, son lúdicas de aproximaciones desde el afuera. Su obra no es simple, es compleja, más no es abstracta por eludir realidades, es onírica por acercar mundos. Pájaros y monjes de extraños ritos pueblan sus obras, más no son obvios, son signos, conversaciones aplazadas con el color y los arco iris. Una flor balsámica, una mano doblada cual pétalo carnal, escaleras, frisos, columnas dobladas, templos móviles, lugares expectantes.
Habitan en esas grafías una población de dudas que bailan, una aldea de escalofríos que juegan, una raza de anónimos que murmuran y hacen re-creo como en los colegios. Son retazos de vida, como retazos hay en recortar y yuxtaponer formas, en un armazón de silencios que uno siente que se pueden poner a cantar en cualquier momento.
Es de admirar la persistencia de Amirah, esa manera de habitar sus cuadros, de hacer sutil los lenguajes, de quitarse la obviedad y dejar que cada ser navegue entre esos pliegues de luz.
Una obra siempre por verse, felicitaciones.
Fercho Cuartas el Gato
Febrero 2023
Medellín (Colombia).