Existía un dios en la Centroamérica precolombina que representaba la aspiración humana a la divinidad, Quetzlcóatl. Era el dios del viento y la fertilidad. En un texto en lengua náhuatl está escrito:
Era el viento, el guía y barrendero de los dioses de la lluvia, los señores del agua, los que traen la lluvia...
Era un dios dual, significando la unión del cielo y la tierra, la unión del ave Quetzal con la serpiente Coatl, dualidad que es el símbolo de la perfección, para muchas civilizaciones, desde los Dogones de Malí hasta los Toltecas de Centroamérica. América, el uno es siempre imperfecto y sólo el dual puede aspirar a la perfección.
Sin embargo, al ser un dios masculino, estaba asociado con el planeta Venus y también asumía cualidades femeninas. La serpiente representaba la imperfección del cuerpo, las plumas representaban la espiritualidad de los hombres.
En los códices Borbónico, Telleriano-Remensis y Tovar, Quetzlcóatl se representa siempre con colores primarios fuertes, llenos de vida, predominando el rojo y el verde, colores del resplandeciente quetzal, junto al azul y el amarillo.
Estos son los colores predominantes en la obra de AMIRAH GAZEL, particularmente en estas catorce obras en óleo sobre tela que ahora presenta en una exposición bajo el título “ser-en-el-mundo”, con el subtítulo da-sein, un término creado por el filósofo alemán Martin Heidegger que significa que el hombre sólo puede ser y ser comprendido a través de su forma de ser en el mundo, en el espacio y en el tiempo.
Un conjunto de bellas obras que traducen la identidad del ser en el mundo y la aspiración a La inocencia del devenir y El germen del cambio, citando los títulos de algunas de ellas.
En la obra de AMIRAH GAZEL, el pensamiento occidental y la mitología precolombina centroamericana, el cubismo y el surrealismo occidental confluyen con la pintura de los códices azteca, tolteca y maya, unidos con notable maestría. En ella, lo femenino no es sólo el símbolo del embarazo y la fertilidad, sino también el símbolo de El devenir, de La diosa y su alma, El germen del cambio y La voluntad de poder de la mujer contra el absurdo y la muerte.
En estas obras de AMIRAH GAZEL, consideramos central la obra La Voluntad de Poder, en la que el quetzal de fuego muerde el verde de la esperanza con el que quiere ser cubierto, colocado sobre el sepulcro morado y la cruz gris, significando que el misterio de la resurrección es mayor que el misterio de la muerte.
Es el arte y la belleza que crea, el arte y la belleza que nos ofrece la obra de AMIRAH GAZEL que, junto con otras obras de arte, nos permiten estar en el mundo y triunfar sobre la muerte.
Henrique Dória
Febrero 2023
Coimbre (Portugal).